22 de julio de 2016

La magia de Anboto

Hola a tod@s:

Junto con Gorbea y Aizkorri, Anboto es otro de los montes relevantes para los vascos, no solo por su importancia geográfica, sino también por su importancia cultural. En él la mitología vasca fija la morada principal de la dama de Amboto, Mari (Anbotoko damie), convirtiéndolo en un monte cuasi sagrado. 


Visible desde muchos lugares de la geografía vasca, es claramente una de sus montañas más relevantes, mostrando diferentes configuraciones según la vertiente donde nos situemos (Javi Urrutia, 2006). Es por ello, que da mucho juego a la hora de retratarlo en infinidad de encuadres y perspectivas, siendo una localización de interés especial para los amantes de la fotografía; muchos asemejan la forma de su cima a la del famoso ochomil Cho Oyu  (la sexta montaña más alta del planeta), y quieras que no, esto tiene gancho para las fotos. 

Yo la verdad es que hasta hace poco no tenía ninguna foto con buenas luces de este monte porque siempre había ido en un plan más "dominguero" a pasear o entrenar que estrictamente a hacer fotos. Pero, hace cosa de un mes, recibí un mensaje de Mikel Martínez de Osaba diciéndome que tenía un buen encuadre en mente de la parte alta del cresterío y a ver si le acompañaba un atardecer para pillarlo con buena luz. Y, yo sin dudarlo ni un instante, le dije que me animaba a intentarlo con él puesto que aún no le conocía en persona y tenía muchas ganas de hacerlo; además, era una oportunidad muy buena para conseguir unas fotos "diferentes" de un sitio al que había ido muchas veces sin fijarme en su potencial fotográfico.  

En el primer intento, pese a que estaba una tarde espléndida, cambió el viento a dirección norte y nos entró una densa niebla imposibilitándonos hacer las fotos y tuvimos que volver a casa con las manos vacías y un sabor agridulce... Pero a la segunda fue la vencida, elegimos una tarde en calma sin apenas viento para que no sucediera lo del intento anterior y acertamos. Pudimos ascender sin problemas (eso si, con una buena sudada por el calor) y esperar con tiempo a que el sol comenzara a bajar. Mientras tanto, fuimos fichando algún encuadre que podría funcionar para cuando el horizonte fuese cogiendo color.

El sol comenzó a bajar y las cámaras empezaron a trabajar duro porque vimos que un denso manto de bruma se estaba colando por el horizonte y pronto nos iba a tapar el sol, por lo que había que ser rápidos para conseguir realizar varios encuadres en poco tiempo. Fue una pena no poder sacar los últimos rayos de luz como teníamos pensado pero, a mi parecer, la bruma le dio una atmósfera especial a las fotos que no queda nada mal. Y así ya tenemos la excusa para volver de nuevo otro día y poder pillar los últimos rayos de luz je je je. 


Nikon D800 + Nikon 16-35, f/4. 30mm 1/13s f/10 ISO 50. Trípode 
Bracketing de 3 fotos y fusión en Lightroom

Nikon D800 + Sigma 70-300mm, f/4-5,6. 110mm 1/6s f/10 ISO 100. Trípode 
Bracketing de 3 fotos y fusión en Lightroom



Nikon D800 + Nikon 16-35, f/4. 25mm 1/6s f/10 ISO 100. Trípode 
Panorámica de 4 fotos horizontales cada una compuesta de 3 fotos para el bracketing (12 fotos en total)

Y cuando comenzamos a bajar del cresterio vimos que la luna asomaba entre las montañas del horizonte y quizás podría darnos alguna foto más componiendo con el poste direccional y una haya solitaria que pudimos localizar camino a Pol-pol. 


Nikon D800 + Nikon 16-35, f/4. 23mm 25s f/7,1 ISO 800. Trípode y flash para el primer plano

 Nikon D800 + Nikon 16-35, f/4. 16mm 48s f/7,1 ISO 500. Trípode y flash para el primer plano